Está elaborado con fieltro de lana, de pelo de liebre o de paja de trigo, y es una auténtica protección para el brillante sol de Jalisco, y para la caída desde el lomo de un caballo. Por eso, el verdadero sombrero de charro es de ala ancha, levantado de la parte posterior; lleva en la copa cuatro "pedradas" que le dan resistencia en caso de impacto. Para ese último caso es mejor el sombrero hecho de palma, que es más sólido sin ser demasiado pesado.

Comentarios
Publicar un comentario